domingo, 19 de agosto de 2012

Búsqueda




  La permanente sensación  de ser observada me llevó a levantar la vista y averiguar de quién se trataba, la idea no me satisfacía. Llevaba mucho tiempo cuidándome para no ser reconocida, pero por un instante mi curiosidad fue mayor. El escalofrío que recorría mi espalda gatilló mi decisión, no podía definir si era buena o mala, lo que estaba claro era la evidente reacción de mi cuerpo.
        
   Para cuando localicé al portador de aquella mirada contuve mi aliento por unos instantes y deseé que el tiempo se detuviera para siempre. Llevaba tantos años esperando volver a encontrar a la única persona que fui capaz de amar, pero mi cuerpo no respondía al impulso de correr hacia él. Estaba paralizada. Sabía que debía reaccionar pronto, porque en cualquier momento podría desaparecer, como en una de las tantas visiones que venían de vez en cuando a recordarme el gran error de rechazarle.

  No sé bien el porqué de la decisión que tomé aquel día. Nunca, me había considerado una persona que albergara sentimientos importantes hacia otro ser humano que no fuera yo misma. El alto concepto que tenía, en todo lo que a mí se refería, me había convertido en una jovencita caprichosa y banal; siempre  rodeada de personas dispuestas a cumplir todos y cada uno de mis deseos; ni siquiera mi padre, quien se encargaba de hacerlos cumplir poseyó un lugar en mi corazón, como lo tuvo Ángel.

  Por aquel tiempo, mis paseos en el bosque eran frecuentes y mi gusto por la tranquilidad, que proporcionaban a mi alma, era significativo, pues desde la muerte de mamá mi inquietud al percatarme de que no era capaz de sentir ni un poco de tristeza por lo sucedido comenzó a preocuparme. Cuando recuerdo esto me doy cuenta de mi egoísmo, pues los sentimientos que me movían eran principalmente por mí. Fue precisamente en uno de esos paseos que le conocí.

  Llevaba media hora sentada frente al lago cuando el sonido que producían las ramas al romperse me avisó que alguien se aproximaba. Mi primera reacción fue esconderme, pero dónde hacerlo; era evidente por la cercanía que no tendría tiempo para ello. Decidí entonces mostrarme indiferente ante cualquier persona que apareciera y comencé a caminar por la orilla. De pronto una voz me detuvo Señorita, espere por favor—. Haciendo caso omiso ante aquella petición apresuré mi andar, entonces, escuché como los pasos de esa persona se aceleraban y se detenían a mi espalda.

  —Perdone usted me dijocreo que esto le pertenece, y pasó el pañuelo junto a mí, posicionándolo justo enfrente; sin que hasta ese entonces yo me volteara.

  —Gracias fue mi breve respuesta, pero en un acto que me molestó muchísimo cortó mi paso.

  —Por lo menos debería mirarme a la caradijo, cuando se percató de que yo no levantaba la mirada y, aunque él se encontraba muy cerca mantuve la vista en el suelo.

  Su impertinencia me molestó. Desde el instante en que se atrevió a llamarme determiné no hacer caso a su llamado, pero luego, ¿correr para alcanzarme y  finalmente atreverse a desafiarme? colmó mi paciencia por completo; y, en un acto de completo descontrol le empuje; para que dejara libre el paso que había trazado en mi imaginación. Para mi sorpresa las carcajadas que dejé tras mis pasos hicieron que volviera sobre ellos.

  — ¿Qué le produce tanta gracia?—dije con indignación, al ver como aquel hombre no interrumpía su entretención estando yo frente a él.

  — Discúlpeme dijo al pasar de los minutos—, lo que sucede es que nunca me habían agradecido de una manera tan particular un favor.

  — ¿Qué importancia puede tener un pañuelo?dije, desconcertada por lo ocurrido. Debería respetar los deseos de una dama. Además, no sé qué hace aquí en  la propiedad de mi padre. Váyase antes que comience a gritar y lo saquen  a la fuerza.

  — No se preocupedijo, mientras se inclinaba ante mí con aire burlón—, pero permítame presentarme. Mi nombre es Ángel, soy invitado de su padre y, creo que tendrá que soportar mi presencia por unas semanas; precisamente, por petición de él he venido a buscarla, pero usted con esa actitud tan descortés ha hecho que pierda mi tiempo.

   Nunca entendí muy bien ¿por qué mi padre envió por mí en esa oportunidad? si él conocía de sobra que yo prefería pasear hasta muy entrada la tarde, incluso existían ocasiones en las que llegaba al anochecer.

  La cena aquel día no fue agradable para mí. Tuve que soportar a mi lado al invitado de papá, quien frecuentemente me dirigía la palabra. Supuse que esa era la manera que tenía de vengarse por mi comportamiento cuando nos conocimos; lo que efectivamente supe unos días después. Sí, todo lo hizo sabiendo de mi desagrado por él hasta ese entonces. Mi padre, en cambio parecía disfrutar de la velada, hacía tantos meses que no le veía así, la muerte de mamá le había sumido en un profundo estado de tristeza; él, siempre fue un hombre amoroso y dedicado a su familia; en muchas ocasiones me pregunto ¿cómo estará?

Continuará…

4 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho, querida. Este promete ser el inicio de una gran y hermosa historia. Ya quiero llenar tantos espacios vacíos que nacen de este comienzo...

    Un abrazo.

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  2. Lady Jane:

    Gracias por tu comemtario. Espero poder llenar los espacios de manera satisfactoria.

    Un beso.

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  3. ¡¡Que bien!! Me encanta, super interesante, creo que ella está como a la defensiva, habrá que ver porqué. Aunque empezaron mal no dudo que esto avanzará para mejor mi querida escritora, gracias por compartir tu talento.
    Un beso grande Lou

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  4. Lou:

    Gracias, por tu apoyo. Sí, en algo mejorarán las cosas.

    Un besito.

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