II
Al acercarse el primer cumpleaños de Estela, su padre, contrajo matrimonio por segunda vez. Ninguna mujer volvería a ocupar un lugar de importancia en su corazón, pero era su deber buscar un heredero, alguien que cuidara del buen nombre que los Fuentealba habían forjado durante varias generaciones. La mujer elegida no poseía mayor gracia que su floreciente juventud y conexiones sociales; su desdén por todo aquello que no representara una satisfacción para ella era sabido por todos. Quienes la conocían sabían de su desprecio por Estela, la niña para ella representaba un peligro y, aunque tenía conocimiento del odio que sentía su padre por ella, prefería mantenerla lejos.
La familia Fuentealba, creció de manera
vertiginosa y, luego de transcurridos seis años contaba con cuatro integrantes
más, tres niñas y el varón que tanto anhelaban; y, aunque fue el primero en
llegar le cuidaban como si fuese el más pequeño de todos. Para él jamás existía
un no por respuesta, ya fuera porque sus padres temieran de los efectos que en
su salud provocaría el contradecirlo o porque el niño conociendo la dinámica
para conseguir sus propósitos, había aprendido a manejarlos a su antojo con
solo cinco años.
La infancia de Estela había
transcurrido con cierta tranquilidad, a pesar de la negativa de Juan, su padre,
en entregarle cariño, el hecho que decidiera alejarla por completo de sí había resultado
beneficio; su alma no había sido contaminada con ninguno de los vicios, que
según Gabriel, eran característicos de los hombres. Carmen, la esposa de su
padre y nueva mamá, insistía en acudir cada año hasta la casa del fundo Los
Coihues a mostrarle su verdadera significancia en la familia. Trató por muchos
años de encontrar algún vestigio de tristeza, envidia, disconformidad, enojo, algo
que le diera a entender que Estela era infeliz; pero no obtuvo la satisfacción
de atisbar en ella tales sentimientos, debido al trato tan desigual que recibía.
Ni su nana, Luisa, ni Gabriel le
hubieran permitido albergar para sí o para sus hermanos malos sentimientos. En varias
ocasiones habían conversado con ella al respecto, y a medida que fue tomando
conciencia llegó a la conclusión de lo afortunada que era, pues en vez de contar
con solo un ángel, como el resto de los mortales, poseía dos; uno que había
llegado directo desde el cielo, y otro que tras varios años de pruebas en la
tierra había decidido protegerla al entregarle su amor tal como si fuese su
madre.
Gabriel, sin comprender por qué su
protegida no dejaba de verlo sentía una curiosa felicidad de que el proceso aún
no llegara. Todas las noches cuando ella dirigía inocentes peticiones a Dios,
él estaba allí; le complacía escuchar como unas pocas y simples palabras poseían
más sentido que un complicado y extenso vocabulario. La sonrisa que le dirigía
más tarde era otro motivo de felicidad, a pesar que el paso de los años les
impidió comunicarse con palabras audibles, él, agradecía que entre ellos éstas
sobraran. Con un gesto, una mirada ellos lograban comunicarse; tan cómplices se
habían vuelto que alcanzaban a leer sus mentes.
Aunque no siempre pudiera ver o
conversar con su ángel, porque sin duda quienes la vieran conversar con el
viento la tacharían de loca, Estela, sabía que Gabriel iba a su lado, como
ángel guardián esa era su trabajo. Él se
había convertido en su mejor amigo, la soledad a la que su padre la había
confinado no representaba ninguna dificultad para ella; después de todo era el
único mundo que conocía; y, en él era feliz.
Pero quien puede asegurar que la tranquilidad
o la felicidad duran para siempre, ese es un misterio de la vida que nadie
hasta ahora ha logrado descifrar.
Continuará…
Qué triste infancia para una niña. Me ha gustado mucho la continuación, rebosa mucho sentimiento!!!
ResponderEliminarMenos mal que tiene a Gabriel a su lado!!!
Deseando leer más!!
Un beso fuerte!!!
Hola Jen, paso a visitarte por aquí también y decirte que me gustaron tus reseñas de películas y me imagino que cuesta un montón ir siguiendo los retos(por eso nunca me apunto en uno,jeje)pero lo que pudiste lo hiciste muy bien, Más allá de los Sueños es muy bonita y no sabia que estaba basada en un relato de Richard Matheson, un escritor que me fascina. Con respecto a Pride & Prejudice es normal que te extendieras un poco y pienso que no es una blasfemia encontrarle cosillas, como lo que no es tan fiel o lo que falta, todo lo contrario...
ResponderEliminarEn fin, muy bonita esta historia también y espero leerte pronto.
Besos.
Jazmín.
Esta historia, desde luego, promete mucho.
ResponderEliminarMe ha dado mucha pena la infancia de Estela, pero me alegra ver que no está sola. Tiene a su nana Luisa que la quiere como si fuera su madre. Y tiene también a Gabriel.
Deseo saber qué va a pasar entre ellos cuando Estela crezca.
Un fuerte abrazo, Jennieh. Y ojala sigas pronto con esta historia.
Hasta pronto. Cuídate.
Hola!
ResponderEliminarhe pasado por tu blog y me gusta mucho, me hago seguidora. Pásate por el mio cuando tengas un rato.
Y como has puesto lo de que tus obras están protegidas????? o_O