viernes, 19 de diciembre de 2014

Letras Impresas: Los poetas resisten


Los poetas resisten.
Es difícil librarse de ellos,
aunque Dios sabe que se ha intentado.
Nos los encontramos en el camino
en actitud mendicante, con sus platos,
una costumbre ancestral.
No tienen nada,
excepto moscas secas y céntimos falsos.
Nos miran como pasmados.
¿Están muertos o qué?
Sin embargo, tienen esa mirada irritante
de los que saben más que nosotros.

¿Saben más de qué?
¿Qué es lo que alegan saber?
Escupidlo, les silbamos.
¡Decidlo claro de una vez!
Si buscas una respuesta sencilla,
entonces fingen estar locos,
o borrachos, o pobres.
Se pusieron esos disfraces
hace algún tiempo,
esos jerséis negros, esos andrajos;
ahora pueden quitárselos,
Y tienen problemas con sus dientes.
Ésa es una de las cargas.
Les vendría bien ir al dentista.

También tienen problemas con sus alas.
No se muestran dispuestos a colaborar
con nuestro departamento de vuelos.
Ya no planean, no resplandecen,
no bromean.
¿Para qué demonios les pagamos?
(Imagina que les pagamos.)
No pueden despegar
con sus plumas enlodadas.
Si vuelan es hacia abajo,
hacia la húmeda tierra gris.

Idos, les decimos,
y llevaos vuestra aburrida tristeza.    
No os queremos aquí.
Se os ha olvidado cómo decirnos
lo sublimes que somos.
Que el amor es la respuesta,
siempre nos gustó este verso.
Se os ha olvidado cómo hacernos la pelota. (You`ve forgotten how to kiss up)
Ya no sois sabios.
Habéis perdido vuestro esplendor.

Pero los poetas resisten.
No se puede decir que no son tenaces.
No saben cantar, no saben volar.
Sólo saltan y croan
y se golpean contra el aire
como si estuvieran en jaulas,
y cuentan el viejo chiste.
Cuando les preguntan, responden
que dicen lo que deben.
¡Jope, qué pretenciosos son!

Sin embargo, saben algo.
Hay algo que sí que saben.
Algo que están susurrando.
No alcanzamos a oírlo.
¿Sera sobre sexo?
¿O sobre el polvo?
¿O sobre nuestro miedo?

Como la incapacidad que poseo para apreciar el género lírico algunas veces me abandona, quise compartir este poema que aparece en el libro La Puerta de Margaret Atwood, escritora canadiense, que oscila entre la narrativa y la poesía.

Los versos (a mi parecer), en su composición, son de lo más ilustrativos y no solo aplicables al selecto grupo de los poetas. Bien, si creen distinguir características que coincidan con algunos de sus conocidos o incluso si son capaces de encontrarlas en sí mismos, seguramente algo de él quedará en sus memorias. 
        
Nota: El verso que aparece en inglés quise dejarlo para que lo traduzcan a su parecer, pues la traducción utilizada del mismo no me gustó (hasta hace poco no sabía que era “hacer la pelota”).

2 comentarios: