III
En contadas ocasiones
su padre se había instalado por más de un mes junto a toda la familia, pero
cuando Estela acababa de cumplir veinte años se determinó que era hora de
buscar que alguien más se encargara de ella.
Con el paso de los años, y mientras Estela
se transformaba en mujer, su padre se había vuelto más huraño. El conseguir el
heredero varón no fue difícil, pero ¿en qué clase de persona se puede convertir
un niño cuando su tendencia natural al desprecio, despreocupación y crueldad
hacia el resto de las personas nunca se corrigen?, la vida se encargaría de
hacerle pagar sus errores: de la niña que una vez abandonara, prácticamente a
su suerte, iba a recibir atenciones que no merecía en medida alguna; mientras
que de su hijo, en el que había concentrado todos sus cuidados, recibiría una
decepción tras otra.
Avalado por su madre, Cristian, se
había convertido en una persona egoísta, cuya preocupación hacia los demás se limitaba
al provecho que, relacionarse con ellos, podía significar para él. El despilfarro
se sumaría como una característica añadida con los años; los excesos en su vida,
muy pronto, se convertirían en una constante. Las regulares noches de juerga no
solo dejarían una marca en su cuerpo, sino que también afectarían el bolsillo
de su padre.
Las hermanas en su etapa infantil
solían corretear de un lado a otro sin importarles o sin haber tomado conciencia
de la opinión de su madre, o del trato de su padre, hacia Estela. Pero al hecho
de que dos de ellas ya habían decidido abandonar la niñez, con diecisiete y
quince años cada una, les dio la suficiente razón para darse cuenta de la
situación poco ventajosa de su hermana con respecto a ellas. Durante su última
visita tuvieron la precaución de hacérselo saber; dejando en claro la
importancia que cada una merecía.
Si Estela llegó a percatarse de
aquellas diferencias, no podría precisarse por ahora, pues ella estaba dedicada
a disfrutar de la compañía que aquel particular año le entregaba. Su padre,
mostraba un interés poco usual en conocer sus avances en los estudios de piano
y pintura, a los que le dedicaba un tiempo especial; así como su opinión
respecto a diferentes temas. Incluso cuando ella se atrevió a hablar de asuntos
en los que no le competía dar su opinión, él guardó silencio. Sin escuchar alguna
queja de su parte, su corazón dio un salto de alegría por el avance en su
relación. A razón de la verdad, su padre debía admitir que Estela se había
vuelto una mujer bastante juiciosa para haber crecido aislada de la familia que
él le había negado; se desenvolvía con soltura, opinaba con fundamentos, aunque
extraños en una mujer, bastante certeros, y su belleza casi se podía comparar
con la de su amada Esther; hecho que no dejaba de llamar su atención y le
inquietaba, pues hasta entonces no se había percatado de todos sus intentos por
mantenerse alejado de la persona que le había robado el amor y que al fin de
cuentas era, a la vez, el único recuerdo, la prueba de que alguna vez había
sido feliz.
Casi al final del verano se determinó
que Estela les acompañaría a la cuidad. La expectación y el nerviosismo por
conocer todo aquello de lo que tantas veces había oído hablar le quitó el sueño
esa cálida noche de verano, la última que quizás disfrutaría desde la inocencia
de un corazón que aún no se ha dado cuenta de la maldad que rodea el mundo y,
que tampoco ha visto aquellos rayos de esperanza que surgen desde la más
absoluta oscuridad.
Continuará…
Hola Jennieh:
ResponderEliminarVeo que el padre de Estela se está dando cuenta de lo equivocado que está. Su hija se ha convertido en una joven extraordinaria. Sólo espero que la vida sea justa con ella.
Un fuerte abrazo.
Y gracias por continuar con esta historia.
Hola Lilian, gracias por visitar este riconcito. Viene de todo un poco para Estela, espero que te guste.
EliminarUn beso.
Me gusta mucho tu blog, y también tu trabajo ^^
ResponderEliminarTengo un premio para tí.
Pasate por mi blog a recogerlo.
http://historiasentintadas.blogspot.com.es/
Gracias Paula por tu visita y por el premio, pronto lo publicaré en el blog.
EliminarUn beso.